miércoles, 21 de agosto de 2013

REFLEXIONES PEDAGOGICAS

Pretendemos aportar la opinión personal sobre el momento histórico por el que atraviesa la educación en Colombia, el paradigma de que los niños, niñas y adolescentes van a la escuela a educarse integralmente es bien complejo, revisemos ¿qué es más importante? el aprendizaje de contenidos estandarizados o la convivencia.


Una respuesta bastante cercana a la función de la escuela es que en este momento es la convivencia la razón de ser de las escuelas por lo tanto se debe ahondar en las relaciones interpersonales para definir acuerdos de convivencia que medien entre los actores de esta situación.


Aquí surgen muchas preguntas a las cuales muy seguramente no les podemos dar respuesta inmediata pues las situaciones son bien diferentes por los intereses y expectativas de cada actor de la situación, por un lado los estudiantes tienen unas expectativas bien diferentes a las de sus padres y los docentes.
Una pregunta obligada entonces es: ¿qué esperan los estudiantes de la escuela?, otra ¿a qué van los estudiantes a la escuela? intentemos dar respuesta a estas dos preguntas.
Para dar una respuesta a la segunda pregunta muy seguramente estaremos de acuerdo en que los niños niñas y adolescentes van a la escuela por la necesidad de no sentirse solos por esa naturaleza de ser social, bien distinto es el objetivo de cada uno, mientras que unos pocos tiene claro su papel el el entorno social, otros por la necesidad de encontrar amigos con quien compartir sus intereses existencialistas del aquí y el ahora; esa es precisamente la causa por la cual los objetivos y los intereses de los niños, niñas y adolescentes es distinto al de los adultos, si bien es cierto los padres les inculcan a sus hijos el deseo de superación y de ser alguien en la vida, ese alguien es volátil pues no hay un proyecto de vida definido.
las apreciaciones precedentes están sustentadas en el hecho de que los niños en su primera etapa de escolaridad tienen sueños que se van diluyendo a medida que van creciendo, lo anterior hace crisis entre los 11 y los 12 años, ahí es cuando se presentan el mayor porcentaje de repitencia, de deserción y de crisis en la población estudiantil por una subrevaloración de la libertad para pasar al libertinaje.
A medida que los niños y niñas llegan a los grados octavo de educación básica y de ahí en adelante los menores adquieren madurez y responsabilidad pues de alguna manera replantean su rol en la escuela y empiezan a proyectar de manera seria su futuro como personas.
Cabe anotar que la regla no siempre se cumple pues paralelamente niños y niñas sin proyecto de vida claro entorpecen el bienestar que debiera darse por la madurez intelectual alcanzada.

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